Duele y huele a reciente.
Diecisiete del cuatro de hace una década larga, una docena escasa.

Conocí el infierno aquella tarde en el sur, se encontraba demasiado cerca, a tan solo un diagnóstico de distancia.

Y desde aquel maldito día la más execrable de las vidas dictó tu sentencia. La más cruel imaginable, la pena capital.

No se si hace una eternidad de aquellas desesperadas llamadas de mamá o fue ante-anteanoche, hace nada. Lo que es indiscutible, es que hace una vida, la de tu vida, vida mia.

Tu padre, que te sigue esperando.