Esta semana inicié una fase nueva. Se acabó cargar con dos móviles a toda hora, madrugar para una reunión y regresar pasada media noche, fin a las horas de aeropuerto revisando una presentación… he cerrado la puerta a cuatro décadas de nóminas, !no mas!
Desde el pasado lunes el dia a día es tan diferente que nada fundamental ha cambiado. Ahora que me jubilo, tengo un serio deficit de júbilo. Ahora que me retiro, sigo en sindrome de abstinencia, tras sobredosis de ausencia, reitero. Ahora que podría ir donde-cuando quiera, no hay un lugar cualquiera en el que visitarte. Ahora que dispongo de toda la escasa arena que resta en mi hemi clepsidra seca de arriba, solo resido en el pretérito de la memoria sin futuro memorable. Ahora que podría tratar de compensarte todos los dias que te robé entre viajes de trabajo, tu ya no estás, tengo que conformarme con pensarte.
Sigo pendiente de una señal nueva, en esta pendiente constante ascendente a la sima más profunda sin el tintineo mudo y resplandeciente de tus pendientes alumbrando tu sonrisa al bajar las escaleras.
Ahora que…y…¿ahora qué?
Una mañana temprana de sábado. Tu padre.