Este es literalmente un capítulo de la Historia de Ana. Lo sustantivo de lo narrado sucedió, los ingredientes son fruto de la ficción y la aflicción de un padre que la adora.
Nora dice que le ha llegado un mensaje de un chico austriaco y que tiene dos entradas que no puede usar, porque se encuentran mal o algo así, vamos, que no van a poder venir.
Joder, que no quedan entradas desde hace más de medio año. Se agotaron todas en un par de horas el día que salieron a la venta. Yo ni me enteré y eso que ya estaba por Barcelona. Sería un auténtico sueño poder ir.
- Nora, ¿qué hacemos?
- Comprarlas Ana.
- ¿Y si es un timo?
- Ya…pero…
- Es que es mucha pasta
- El concierto es pasadomañana, el jueves.
- Yo voy a llamar a mis padres.
Mi padre no estaba, como de costumbre andaba de viaje, esta vez, otra vez, en Portugal. Hablé con mi madre. ¡Que me iba a decir! Que era un poco raro y peligroso que nos engañasen. Y que cuando llegase papá lo hablábamos. Aproveché para decirle que tenía la tarjeta un poco tiesa de fondos y que me la recargase, lo que hizo a los pocos minutos de colgar. A veces tengo unas buenas broncas con mi madre, como yo digo, tenemos la misma mala leche (bueno supongo que yo he heredado la suya) pero es muy buena, cabezota, pero la mejor, si está en su mano, no me niega nada de lo que pueda pedirle.
Nora y yo, bueno, en realidad yo, escribimos varios whatsapp al chico austriaco. Parecía serio. Hasta hablé con él.
- ¿Como sabemos que no nos estás engañado?
- No os estoy engañado. Tengo unas entradas que no puedo usar, mi novia está enferma y no podemos ir.
- ¿Y cuánto nos pides por las entradas?
- Justo lo que me costaron, ni más ni menos. 95€ cada una
Aquella era una oportunidad única. Tras el concierto de Noviembre en Inglaterra de The 1975, ver ahora a Coldplay. Mis dos grupos favoritos. Tengo que intentarlo. Desde que empecé a escuchar sus canciones, sus letras…es que juegan en otra liga, son muy buenos.
Por la tarde ya de noche hablé con mi padre. Me echó un jarro de agua fría. Me dijo que aquello sonaba al timo de la estampita. No tengo ni idea de que quiere decir eso. Que como íbamos a recibir las entradas, que como nos asegurábamos que eran auténticas, que nos íbamos a llevar un disgusto si era todo mentira. Yo me puse muy pesada, que me hacía mucha ilusión y, como siempre, mi padre trato de buscar una solución. Se ofreció a hablar el con el chico austriaco. Le dije que no, que somos mayorcitas, no somos niñas. Alcanzamos un trato.
- Decidle que le dais todos vuestros datos, copia del DNI, dirección, lo que quiera … para que vea que no tratáis de engañarle vosotras a él. Que incluso estáis dispuestas a pagarle un poco más si es preciso. Que os dé sus datos bancarios y, en el mismo instante en que una de vosotras entre al concierto, le hacéis la transferencia.
Mi padre estaba absolutamente convencido de que aquello no iba a funcionar. El chico, Peter, iba a decir que no. Pero dijo que sí, que se fiaba de nosotras. Que le había gustado hablar conmigo y que tenía voz de poder fiarse de mí.
Nos envió el link a las entradas por email. Enjoy the concert!, nos dijo.
- Nora. ¡Que tenemos las entradas!
- Jo, Ana, y si llegamos y son falsas?
- Es un puto link, Nora, parece auténtico. ¿Qué gana Peter con engañarnos? Tenemos su móvil. Hemos hablado con él. Vamos a descargarlas en nuestros móviles. Es ya mañana!
- Piter, Piter, Piter…parece que te has quedado con él.
- Peter, con E, es austriaco y se pronuncia Peter! Y, si, me ha caído bien. Eso es todo. Oye que vive en Grac, Graz o Gras …me parece que me ha dicho, no tengo ni idea de por donde cae eso. Y además…yo ya tengo quien me mime!
No sé qué sucede con mi vida, o tal vez si lo sepa demasiado bien, y…no puedo dejar escapar las oportunidades. Es como si intuyera que lo que deje pasar no me va a dar otra opción. Todos a mi alrededor piensan: bueno, otra vez será. Yo no puedo. Tengo miedo de que no haya otra vez. Ya sé, tengo dieciocho años, todos piensan y toda una vida por delante. Ya, pero ninguno de ellos tiene un cáncer persiguiéndole día y noche. Yo no puedo permitirme el lujo de perder… No sé cuántas estaciones voy a poder visitar, cuantos viajes, cuantos conciertos, cuantos jueves de mayo ni cuantos putos trenes.
Nadie puede comprender lo que significa mirarse con miedo en el espejo cada mañana, por si ha aparecido algo que ayer no estaba. Nadie, las pesadillas repetidas de que vuelvo a perder todo mi pelo o me tienen que ingresar de urgencias. No conozco a nadie que lleve en su cuerpo tantas noches de hospital, tantos pinchazos, tantas malas noticias.
Era ya la mañana del 26 de Mayo de 2016. Ya se habían acabado las clases. Nos quedaban aún algunos exámenes. Me levanté tarde, no había dormido bien, me dolía mucho la cadera. Estaba nerviosa y alegre a partes iguales. Envié un WhatsApp. Buenos días, esta tarde es la gran tarde. Un beso. El también estaba preparando la selectividad. El pobre, es un año más pequeño.
Decidimos estar en la puerta con antelación, ir a las 3 de la tarde al Estadio Olimpic. Llegamos con mucho tiempo, para disfrutar también del ambiente. Aquello estaba hasta arriba. No se calcularlo, pero habría al menos mil personas, casi todo chicas. Yo me había puesto unos vaqueros, una camiseta blanca de tirantes ajustada y llevaba un sweater de London a la cintura y, por supuesto el cargador externo por si me quedaba sin batería. Nos enrollamos con un grupo que estaba ya en la cola. Nos saludamos, nos presentamos, había dos chicas de Menorca y otras dos de Madrid, el resto ni me acuerdo. Me encanta Menorca, les dije, he pasado allí muchos veranos, estuve el pasado agosto. Y, dije en voz baja, adoro Madrid aunque eso aquí no está del todo bien visto. Voy muchos fines de semana. Es una ciudad brutal. Tan chula como Barcelona, pero, eso sí, sin playa, aunque con muchos más parques y zonas verdes.
Cantamos, desafinando al unísono. Bueno, otras más que yo, que yo era parte del coro en mi insti y no lo hacía tan mal. Me conozco todas las letras de todas sus canciones. Cantamos Yellow y Viva la Vida. Otros grupos próximos se unieron tímidamente a la canción.
Abrieron puertas hacia las siete de la tarde, aquello iba muy despacio. Había miles de personas detrás de nosotras. ¡Si tardamos casi media hora en acercarnos a la entrada! Tienen que hacer algo, pues si no se queda la gente fuera. Yo estaba muy nerviosa. ¿Y si no nos dejaban entrar porque era falso el link? Estaba sudando. Las dos estábamos calladas. Tal vez si hablábamos se notase que algo no iba bien. Nora tenía la cara más seria que le había visto jamás.
- A ver, las mochilas abiertas! Id abriendo las mochilas!
Hicieron un amago rápido de mirar y nos acercamos al tipo con el scanner. Nora que se dirigió a otro segurata acababa de pasar!
- ¿Qué passa aquí?
El scanner no leyó bien mi entrada, casi me dá un infarto! Yo había previsto 100€ por si se los tenía que ofrecer a alguien para que me dejase pasar. Sudaba. Metí la mano en el bolsillo, estaba dispuesta a hacerle una buena oferta. No podía permitirme perder aquella oportunidad. Fue un instante, pasó de nuevo el lector y…luz verde, un bip y…
– ¡Anem, endavant!
Pegué un grito tremendo de satisfacción y felicidad! Me habían dado, en realidad puesto en la muñeca, una pulsera gruesa de color. Estábamos dentro, nos abrazamos. Incluso con las que acabábamos de conocer. Corrimos para acercarnos lo más posible al escenario. Ya había bastante gente. Estaba acabando el día. Olía a una tarde que anticipaba un verano inminente, llegaba una brisa fresca y húmeda del Mediterráneo, que está ahí, a tiro de piedra. Noté que el corazón me latía muy, muy rápido.
El concierto empezaba a las nueve. Estaba tan contenta, era como otro hito conseguido en mi vida. Podía poner un check al lado de mi lista: he ido a un concierto de Coldplay.
El escenario era enorme y salía una plataforma hacia adelante. Estábamos a no más de 5 ó 10 metros. Muy bien, bastante cerca. Había música de fondo constante. Pantallas gigantes y unas columnas inagotables de altavoces que amenazaban con romper la montaña a decibelios.
- Nora. Yo le mando un mensaje a Peter ahora mismo, Este tío es genial. Le amo!
Empecé a teclear frenéticamente: Peter, we are in at the concert. You are the best. I love you! We can pay you right now! I am so very happy. THANK U, THANK U, THANK U…
Y le envié como una docena de emoticonos de corazones, besos, abrazos y otras expresiones enlatadas de cariño.
No tardó ni un minuto en responder
- Don´t worry Ana. No hurry. Enjoy it! I am so happy for you I envy you. I wish I was there!
Otra docena de emoticonos de vuelta. We pay you after the concert.
Fotos, selfies, contra el escenario. Juntas, solas, en grupo, solo Nora, yo sola, sonriendo, sacando la lengua, saltando, guiñando un ojo, cantando…selfies, selfies…
A gran velocidad el estadio se está llenado, parece que han debido acelerar el control en las entradas. ¡Tantos jóvenes!, casi todos en el propio centro del estadio, muy pocos van a sentarse a las gradas, quizás algunos más mayores. Olas y olas de personas que compartirnos esta auténtica pasión por Coldplay. No es ser una estúpida fan de un grupo de niñatos guaperas, es que con su música son capaces de transmitir sentimientos, verdades y emociones con un ritmo que los envuelven de manera especial.
Iban con retraso, pero, hacia las nueve y veinte… Se apagaron todas las luces, en las tres pantallas el símbolo de su disco y una cuenta atrás desde 60. Cuando se iba acabando, todas las voces a la par: ten, nine, eight… se inicia el concierto con la voz de Chaplin en la película el Gran Dictador…”you are the people with the power…” y de pronto arrancan con la canción que da título a la gira, fuegos artificiales, cañones de luces girando por todas las partes, …la pulsera de mi muñeca se encendió en color rojo e iba mudando de tono constantemente. Miles de personas saltando y gritando a la vez. Sonaba de puta madre. A head full of dreams…supongo que otros muchos hoy pensaran lo mismo, esta canción está dedicada a mí: eso es lo que soy, una cabeza llena de sueños, a los que últimamente no acompaña su cuerpo.
Se apagan de nuevo todas las luces, se ven las de los miles de móviles, en las pantallas imágenes nuestras, del público, soy capaz de verme un instante fugaz, y en otro suenan los primeros compases de una de mis canciones favoritas: Yellow, y, adivinad de qué color se puso la pulsera, así como todas las luces del estadio. Grabo sus canciones, envío mensajes a todo el mundo, estoy encantada, es una noche feliz. Es que yo tengo mi alma, no solo mi cabeza, full of yellow dreams. Al acabar la canción se presentan y saludan, lanzan un visca Catalunya, que puede significar cualquier cosa, pero consigue que la multitud eleve un grito que se debe oir hasta en Estambul, al otro lado de este mar.
Tengo que bajar el volumen, como siga así me voy a quedar sin voz. Algunos me miran con una mezcla de sorpresa, envidia y tal vez cierto desprecio, pues me conozco todas y cada una de las palabras de todas las letras, nadie a mi alrededor puede competir conmigo en eso. Y, tienen unas letras de puta madre. No son los típicos gilipollas, de te quiero, me dejaste, te echo de menos…cuentan historias, tratan de temas diferentes, y, son los mejores.
Chris Martin al piano, saltando, corriendo por la pasarela, hablando en mal español, pero, lo intenta. Ya es bien de noche, every teardrop is a waterfall, the scientist .. Y ahora. Paradise, en un remix con mucha marcha con Tiesto, es esa canción que me encanta y da miedo por igual, no sabría ni querría explicar porque.
Chris corriendo hasta el final de la pasarela, está tan cerca que creí que podría chocarle la mano, pero, fue imposible, competía con centenares de manos más próximas.
Canciones, canciones, luces, pantallas, saltos, bailes…me da miedo que la noche avance y acabe pronto, Hoy me siento bien, tan bien como hace no recuerdo cuanto tiempo.
Clocks, una de sus canciones más conocidas por todos. El estadio se llena de luces rojas.
Mezclan música de unas canciones en la introducción con el inicio de otra, Fix You…si por favor Fix Me..
Con Viva la vida creo que no hay una sola persona en el estadio, en el ombligo del mundo por esta noche, que no esté llevando el ritmo con las palmas. Viva, viva, viva la vida! For some reason I can´t explain…Chris acaba tumbado en el centro de la pasarela cuando empiezan a sonar los primeros compases de otra.
Y, el auténtico apoteosis ha sido the Adventure of a lifetime, que tiene una marcha brutal, las pulseras al ritmo de la música cambiando de colores, cientos de globo – balones que todos tratamos de lanzar hacia arriba y caen en otras manos, todos agachados al unísono, todos saltado a la vez según nos lo indica Chris: “abajo, abajo, low , low, down, down ” la música que resonaba por todo el estadio. Todos bailando a la vez. La canción acaba con un salto de todo el grupo y un Thank You Barcelona. Las pantallas te permiten ver todos los detalles, hasta el sudor que chorrea por la frente de Chris. Son bestiales. Que noche!
Más y más música…it is a sky full of stars arranca con el dedo apuntando hacia el cielo.
Se van a cumplir dos largas, cortas intensas horas.
Se van despidiendo y pedimos más y más, more, more…El adiós llega con Up&Up. Ha besado el escenario al despedirse. Dejado una bandera en el suelo que sale por las pantallas. Don´t ever give up! Creo que me lo dicen a mí. Castillo de fuegos artificiales como en la mejor noche de San Juan en la playa.
Que subidón de adrenalina. Hacía al menos seis meses, que durante unas horas no me ha dolido absolutamente nada, he sido una chica joven más saltando, cantando, disfrutando, siendo una más de dieciocho. Mañana puede que vuelva a estar echa una mierda, este jueves, ya casi viernes, en un Montjuic mágico no me lo roba nadie.
Siguen en el escenario despidiéndose y … ya se van. En pantalla el nombre del grupo: COLDPLAY.
Yo sí que tengo todo Full of Dreams. Creo que la duda razonable sobre mi futuro me dispara los sueños y hace más presente el presente. Nadie puede competir conmigo en vivir a fondo esta noche.
Dudo que entre estas cincuenta mil personas o más, pueda haber alguien disfrutando del concierto más que yo. No es que yo sea especial o la más fan… Es que ellos no saben a cuantos conciertos más van a poder ir en su vida, yo simplemente nunca se si habrá alguno más. No pretendo ser dramática, sé que se está buscando una solución para mi enfermedad, pero, también sé que avanza, que cada vez va a peor y que de momento no hay una cura.
Me toca esperar que mañana no sea un mal día, que me levante bien y pueda compartir lo vivido esta noche con los demás.
He enviado tantas imágenes, audios, videos del concierto que me estoy quedando sin batería aunque la he recargado.
Vaya colas para coger el metro! No importa, hoy tengo energía para aguantar lo que sea.
Este si que es un tren de los que no me importa perder.
Nora y yo nos dimos un abrazo largo, muy largo, si ella supiera todo lo que yo sé… seguramente no me soltaría nunca.
Gracias por esta tarde. Viva la Vida! Viva, viva la VIDA
(NOTA, A pesar del texto estar escrito en primera persona, el autor del mismo – en su totalidad – es su padre. Los hechos son reales, pero contienen elementos de ficción. Las opiniones o reflexiones no necesariamente coincidirían con las de Ana)